Formas y colores

En este nuestro paseo no podemos olvidar la tremenda importancia que ciertas formas y colores tienen en las realidades virtuales espirituales.  Son elementos esenciales en la decoración de los escenarios virtuales, distintivos del otro mundo que afectan muy directamente a los creyentes que viven en éste.  El ejemplo más conocido lo tenemos en la cruz o en la media luna, en el blanco inmaculado de los cielos y en el rojo oscuro de los infiernos, y en el color que las diferentes congregaciones de monjes y monjas escogen para sus sotanas.

Pero existen otros símbolos y colores, menos conocidos popularmente, de suma importancia en esoterismo.  Uno de esos símbolos es la estrella de cinco puntas, una forma geométrica de las más difíciles y peligrosas de utilizar; pues cuando la estrella tiene dos de sus puntas mirando hacia abajo y una hacia arriba, invoca a las fuerzas del bien, pero si nos descuidamos y la giramos un poco, de tal forma que entonces sea sólo una de sus puntas la que mire para abajo y dos para arriba, entonces estaremos invocando a las fuerzas del mal.

Aviso que es éste es un asunto muy serio en esoterismo y está muy extendida su creencia en los círculos ocultistas, de tal forma que si tenemos en casa alguna estrella de cinco puntas de adorno, como quien tiene un florero, conviene asegurarse de que está bien colocada y de que al niño no le dé por darle ese pequeño giro de pocos grados que la convertiría en invocación de los infiernos.  Probablemente nosotros no nos íbamos a enterar de nada, pero alguno de nuestros amigos, experto en estas lides sin que nosotros lo sepamos, puede salir huyendo de nuestro domicilio como quien huye del diablo (nunca mejor dicho), sin nosotros saber muy bien que le dijimos o le hicimos para que saliera espantado de nuestra casa.

No es conveniente tomarse a chirigota los símbolos esotéricos mientras haya personas que se los tomen tan en serio.  Así nos evitaremos más de una sorpresa.  Sin olvidar que estos símbolos no solamente se usan en esoterismo, importantes entidades sociales los han usado siempre y los siguen usando.  Recordemos la esvástica nazi, o la estrella de cinco puntas que usan algunos ejércitos como emblema (poniéndola en posición benefactora, por supuesto, para avisar que pertenecen al bando de los buenos, y que su guerra es contra los malos). 

Es conveniente estar informado y ser prudente al utilizar estos símbolos.  Aunque aún siendo muy cuidadosos será muy difícil no estar usando alguno de ellos inadecuadamente sin enterarnos, pues entre las creaciones de bisutería o de joyería se esconden símbolos muy serios para los sectarios.  No podemos hacer un detallado comentario sobre cada uno de ellos porque los hay a miles.  Cruces las hay de una variedad inmensa, así como escudos, imágenes y los más variados instrumentos sagrados, convertidos por los oportunistas de la bisutería o de la joyería en pendientes, en colgantes de collares o en otros objetos de adorno.  Estas frivolidades hace siglos podía costarnos la cabeza, hoy en día no es para tanto; excepto, claro está, si nos vamos a un país del tercer mundo, llevándonos sin saberlo de colgante al dios que se adora en la aldea que vamos a visitar.  El devoto de un dios desconocido para nosotros, que llevamos de pendiente en la oreja, puede sentir lo mismo que sentiríamos nosotros si viéramos como un desconocido lleva la fotografía de nuestra madre colgada de la oreja.  Un poco de cuidado al respecto no viene mal.

Las ropas también tienen su importancia en estos mundos de dios.  Excepto los angelitos y los demonios, muy pocos personajes van desnudos por el otro mundo.  Y para quienes estamos en este, una vestimenta recatada es esencial cuando se presume de ser una persona espiritual.  Los colores de esas vestimentas también tienen bastante importancia.  Rara es la secta que no viste a todos sus adeptos igual, con el mismo modelito y de un mismo color, para realizar sus rituales o para vestir a diario. 

También se dice que la persona se viste con los colores que más abundan en su aura.  Según esta teoría, la moda del negro nos convirtió a todos en negras almas de un plumazo.  (Y nosotros sin enterarnos).  El blanco es uno de los colores favoritos representante de la pureza del alma, clásico de las vírgenes destinadas al culto de algún dios amante de la castidad.  A otros colores claros también se les dan propiedades benefactoras.  Y no olvidemos la famosa túnica azafrán de los tibetanos.  Todo esto, aunque no comulguemos con ello, conviene tenerlo en cuenta pues ya es parte de nuestra cultura, la proliferación de sectas influye inevitablemente en nuestra sociedad.  Cada vez son más las personas afiliadas a sectas que consideran esencial los colores con los que nos vestimos, y como llevan en secreto su afiliación y sus nuevos gustos, es muy probable que nos miren de arriba abajo con un gesto de desagrado, por cómo vamos vestidos, sin que nosotros sepamos muy bien por qué nos tienen ojeriza.

Tanta importancia se les da a los colores que ―como ya hemos comentado― se trabaja con ellos en las meditaciones tipo visualización.  Uno se imagina que una luz blanca, de inmaculada pureza, le envuelve; entonces se puede llegar a sentir como si un el cuerpo se dulcificara.  A lo mejor es porque nuestras carnes piensan que las hemos envuelto en merengue y tienen que hacer las veces de pastel. 

Los seguidores de Saint Germain utilizan el violeta.  Dicen que es un tipo de color muy sanador, que te puede provocar la metamorfosis de transformarte en su ser muy espiritual.  Yo estuve durante varios años imaginándome diariamente metido en un tubo lleno de un fuego violeta.  Si hubiese continuado por más tiempo, aparte de acabar morado, no creo que me hubiera aportado poco más.

Bromas aparte, está demostrado que los colores afectan al psiquismo, todos sabemos que el color de las habitaciones donde pasamos más tiempo afectan a nuestro estado de ánimo.  De igual forma sucede en esoterismo con las túnicas, el color de los templos y los colores de las meditaciones tipo visualización.  Lástima que no se pongan de acuerdo en el color que mejor nos sienta.  Aunque algunas ideas generales podemos obtener de entre tanta pincelada colorista.  Los mundos infernales son oscuros y teñidos de rojo por el resplandor del fuego o de la sangre de las víctimas.  Si embargo, en los mundos celestiales, todo es luz y colores brillantes.

Avispados ocultistas pretenden impulsar la evolución espiritual del hombre sumergiéndolo en energías brillantes utilizando la imaginación.  Yo siento no estar de acuerdo con estos métodos.  Sería como si alguien quisiera acabar la carrera de abogado imaginándose con la toga vestido.  Hay un trabajo inevitable a realizar que esas vías pretenden saltarse.  Ciertas técnicas de sanación también utilizan la luz para efectuar sus curaciones, pero me temo que por mucho que bañemos en luz a un enfermo inundado en oscuros pensamientos, muy difícil tendremos su curación.

De todas formas, los aficionados a las bellas artes y con ganas de hacer el bien, escogerán estos caminos espirituales para intentar pintarnos el mundo de un color de rosa.  Y aunque no sean capaces de cambiarnos nuestro maltrecho hábitat, un poco de pintura no le vendrá mal.

 

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